miércoles, 23 de julio de 2008

CARLISTAS Y CRISTINOS

Repescado del 6 de febrero de 2008

Una partida de uno de los bandos de alguna de nuestras seculares guerras internas se encontraba cercada contra una pared rocosa, el enemigo superior en número, habiendo cruzado el río, le privaba de toda posibilidad de victoria o de escapatoria. La fuerte lluvia impedía a los sitiadores dar el ataque definitivo. Al llegar la noche, los sitiados, liderados por unos entusiastas oficiales, empezaron a hacer una torre humana para vencer el obstáculo natural, mientras que la crecida del río obligaba a sus adversarios a atacar de cualquier manera para no morir ahogados.

Donostiarras y ordiziarras tienen este fin de semana para descansar antes del encuentro crucial que les enfrentará al siguiente en el Goiherri, cuando ya cada punto puede ser decisivo para la permanencia en la más alta división de nuestro rugby. Aunque el rugby no es la guerra, la situación de nuestros dos equipos me ha recordado la “batallita” de mi abuela de Ormaiztegui.

Los supervivientes de aquella escaramuza bélica achacaban su logro por una parte a la fuerte disciplina previa por la que estaban bien preparados y por otra a la capacidad de improvisación que les surgió en el momento adecuado con el convencimiento de que iban a lograr su objetivo.

El convencimiento que demostró la selección de Gales en su victoria del Torneo frente a la de Inglaterra también se basó en preparación e improvisación indudablemente pero es la confirmación de que una buena política deportiva da sus frutos tarde o temprano. Sin embargo, esto no cuaja entre nosotros empeñados, como en tiempos pasados, en seguir viviendo de espaldas a Portugal.

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