Salir a pescar peces gordos y sólo llevarse uno o dos pantxitos le puede pasar al mejor preparado de los pacientes pescadores. Nuestros equipos guipuzcoanos, necesitados de victorias, pescaron pantxitos en forma de puntos bonus en sus derrotas del pasado fin de semana.
También el Olympique de Biarritz sólo cogió un pantxito en el clamorosamente vacío estadio de Glasgow. Fracaso preocupante para el Club lapurtarra y para nuestra ciudad que puede perder así incluso el pantxito de su visita primaveral a Anoeta, una vez que el pez gordo de ser la sede de Argentina en sus encuentros europeos ha emigrado a aguas mediterráneas al parecer.
La derrota es un punto para partir de nuevo en el mejor rumbo posible. En el mundo del rugby las sesiones de vídeo son herramientas usuales porque son fructíferas siempre que todos participen y se impliquen, no sólo en desmenuzar los errores, sino en valorar lo bien hecho durante el encuentro. Lo mejor que se puede hacer es preguntarse en equipo, haya o no videos, para buscar soluciones en vez de para buscar culpables.
Un ejemplo neozelandés al respecto, los All Blacks, derrotados en
Pantxito, Scophthalmus rhombus, pez chico y presa minúscula que con un mínimo aparejo pescábamos infantiles en el puerto de San Sebastián ha dado sobrenombre a un amigo mío, responsable de una empresa familiar de instalaciones de riegos. “Chez Pantxito” he pasado un puente festivo francés de inacabables charlas de rugby, empresa y el mundo en general. Quizá por eso los resultados del fin de semana, incluyendo la falta de asistencia una vez más de público escocés, me ha parecido una marea de pantxitos.
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