A veces esta villa se merece estar enmarcado por dos porterías de rugby –ya sé que también se puede escribir Hordiziah por análogos si no superiores méritos-, por los esfuerzos que las gentes del club local hacen para mantener nuestro deporte presente en la vida del pueblo y que la vida del pueblo se integre en el rugby.
La mejor imagen de una pequeña población y de esta pequeña provincia está tanto en el comportamiento de nuestros equipos deportivos como en el de nuestro público y, salvo en puntuales ocasiones, el rugby hernaniarra ha conseguido representar inmejorablemente tal imagen.
Y puede tomar este año el impulso necesario para lograr que su primer equipo ascienda a la categoría máxima. Este objetivo es verdaderamente ambicioso pero lo más importante es el desarrollo de esos chicos y chicas que se integran en todas las categorías de la entidad y precisamente alcanzar
Claro que, como bien saben los otros dos clubes guipuzcoanos que pelean por no ahogarse en aquella división, se requiere hacer muchos números para subir y mantenerse en una competición cuya profesionalización es patente. Por desgracia no basta con arrastrar espectadores a los partidos cada domingo mediante anuncios, charangas, sorteos o animaciones y, por tanto, con obtener ingresos y patrocinios locales que esto hay que hacerlo siempre, se suba o no se suba al final de la temporada.
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